an open letter to my friends from berlin

part 3. Ximena

Ximena:

Hola guapa, cómo estás, te extraño.

A mi mejor amiga, mi compañera de aventuras y tontadas, esta carta es para ti.

Recuerdo perfectamente cuando te conocí también, creo que fue el segundo día de clases, teníamos español con Frau Brenner, yo me senté hasta atrás, tu estabas un poco más enfrente, pero cuando la profesora dijo “Bueno clase, tenemos a dos latinas aquí con nosotros”, fue ahí cuando me volteaste a ver, tenías tus overoles y una camiseta de rayas (creo), pero no hablamos, solamente nos sonreímos así de lejitos.

Fueron unas semanas después cuando hablamos por primera vez, estaban todos los estudiantes de intercambio en un círculo, justo afuera del baño del segundo piso, estaban hablando de las 4 “D´s”, ridículas, por cierto, tu dijiste que tu objetivo de intercambio era romper las cuatro, yo sólo reí.

Después de eso, un día estábamos Michael y yo en la cafetería, y tu te acercaste, dijiste algo que no recuerdo muy bien, pero te sentaste con nosotros, ahí fue cuando empezamos a hablar. Poco después fuimos a comer falafel, con Michael y Mariana, escuchamos música en el camino, recuerdo pensar que eras bastante divertida.

Vivir a dos estaciones en el U-bahn era una verdadera alegría, de todas formas estábamos siempre juntas en la escuela, cuando teníamos descansos entre clases, cuando nuestras horas libres coincidían y siempre encontrábamos la manera de hacer algo juntas.

Recuerdo la primera vez que salimos de noche, fuimos a Castle, que después se convertiría en nuestro lugar favorito, fue cuando conocí a otros intercambistas, los conocí bien.

Recuerdo los shopping sprees en el Mall of Berlin, los döner en el hauptbanhof, los cortes de pelo espontáneos, nuestras salidas a DM, la comida de Edeka, hay tantas cosas que me recuerdan a ti, es ridículo.

Y algunas cosas inmencionables, tu sabes de lo que estoy hablando, pero los recuerdos siempre siempre vivirán en mi corazón.

Te extraño, hay tantas cosas que quiero hacer juntas, y aunque parece que estamos cerca, a veces siento que estás a mundos de distancia.

Extraño tus ataques de risa, tu acento pituco, extraño que salgamos a comer con las niñas, extraño que me cuentes tus chistes inapropiados y reírnos juntas, extraño que asaltes mi alacena, extraño tu voz cuando me platicabas algo que te emocionaba, extraño nuestras pijamadas, te extraño.

Siento que no me despedí de ti, todo fue demasiado caótico y rápido, las maletas, tu host papá (el idiota), la señora de la aerolínea. Creo que ni siquiera nos dimos un abrazo de despedida, me dejaste con tu ropa de más, cincuenta euros menos y un nudo en la garganta.

Quiero agradecerte por estar ahí para mí, por escucharme cuando lo he necesitado y por llorar conmigo cuando ha sido necesario.

Te amo y siempre te tengo cerca.